Page Summary
-
Thinking of man and woman as two options “assigned” at birth makes an unexamined assumption about sex: that there is a base, unsexed “person” on top of which a subsequent “sex” is added.
-
The biological, empirically observable factors of sex are inseparable from the underlying metaphysical reality of personal sex.
-
Sex isn’t just a «part» of who a person is. It’s determined by the relationship of the whole person to the act of bringing another whole person into existence.
-
To reject those definitions would entail a rejection of our parents’ roles in our own coming into existence.
¿El sexo biológico es inherente a cada persona humana?
Sí. Cada persona es una mujer, inherentemente organizada para generar nueva vida humana dentro de sí misma, a través de la unión sexual con un hombre, o es un hombre, inherentemente organizado para generar nueva vida humana en relación con una mujer, a través de la unión sexual con ella.
Ok, pero ¿qué significa eso realmente?
Escucha este artículo (en inglés)
“¿Qué es una mujer?”
Daniela había estado escuchando la pregunta cada vez con más frecuencia últimamente. Por cierto, ¿qué es un hombre? Ella nunca había pensado realmente en ello hasta los últimos años; simplemente asumió que era lo que decía su certificado de nacimiento. Sin embargo, recientemente escuchó acerca de personas que no compartían la experiencia de ella de encajar perfectamente en una de las dos categorías. Ella no quería imponer su forma de identificarse a otras personas, especialmente si eso les causaría dolor, así que tal vez “mujer” y “hombre” significaban lo que la gente quería que significaran.



En efecto, el cuerpo, y sólo él, es capaz de hacer visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino. Ha sido creado para transferir a la realidad visible del mundo el misterio escondido desde la eternidad en Dios, y ser así su signo.
Juan Pablo II, Teología del cuerpo, audiencia 19
A veces la gente piensa en el hombre y la mujer como dos opciones “asignadas” al nacer. Sin embargo, esta línea de pensamiento parte de una suposición no examinada sobre el sexo: que hay una “persona” base, sin sexo, sobre la cual se añade un “sexo” posterior, de forma similar a cómo se añade posteriormente un tinte de un determinado color a una tela.
Incluso aquellos que intentan defender la comprensión convencional del sexo, involuntariamente, asumen algo similar. Hay cuatro opciones que comúnmente sugieren como determinaciones no arbitrarias del sexo: cromosómica (cromosomas sexuales XX o XY), hormonal (prevalencia de testosterona o estrógeno y progesterona), gonadal (órganos reproductivos internos) y genital (anatomía reproductiva externa).
Pero cuando no todos están de acuerdo ¿cuál es el definitivo?
Lo que entendemos por sexo biológico no es en realidad biológico en su fondo. Los factores biológicos, empíricamente observables, son inseparables de la realidad metafísica subyacente del sexo personal. Estos factores normalmente trabajan juntos, pero en las raras ocasiones en que no lo hacen, no cambian la realidad fundamental de la masculinidad o la feminidad, sólo hacen que la realidad sea más difícil de observar.
Pero ¿no es todo pura plomería? ¿Por qué alguna parte del cuerpo debería determinar quiénes somos?
No es del todo preciso hablar de “partes” del cuerpo del mismo modo que hablaríamos de “partes” de un coche o de un juego de Lego. Si se quita una rueda de un coche, sigue siendo una rueda. Por el contrario, si se le quita un pie a un ser humano, éste deja de ser un pie y pronto se descompone. Un pie existe para caminar, pero no puede caminar a menos que trabaje en conjunto con un tobillo, una pierna, vasos sanguíneos, un sistema nervioso, etc. La actividad misma de caminar del pie depende de su pertenencia a un todo, por lo tanto, el todo determina su ser. Es la existencia del todo lo que realmente determina el sexo. En concreto, es la relación de una persona completa con el acto de traer a la existencia otra persona completa.
La generación de nueva vida humana la realiza toda la persona, no sólo una parte. Es más preciso hablar del sexo, no tanto como una parte removible de una persona, sino como un aspecto. Si se mirara a Daniela desde el otro lado de una habitación, se vería un aspecto de ella diferente que si la escuchara hablar en la habitación de al lado. Su aspecto de “al otro lado de la habitación” y su aspecto de “hablante” son ambos inseparables de Daniela como persona.
El sexo también es un aspecto de la persona. Pero, a diferencia de cualquier otro acto humano, generar la vida implica una entrega total de sí mismo, incluyendo las más altas capacidades del alma de conocer y amar. Hay una razón por la que la palabra “conocer” puede significar no sólo la unión entre una mente y lo que sabe, sino también la unión sexual entre una mujer y un hombre.
Además, la unión sexual es un acto realizado por un hombre y una mujer, no dos actos, porque tiene un efecto potencial: otra persona completa. Esto lo demuestra el hecho de que el sistema reproductivo humano es el único sistema del cuerpo que está incompleto en sí mismo. Una sola persona puede procesar oxígeno (la función adecuada del sistema respiratorio) o ingerir alimentos (la función adecuada del sistema digestivo), pero ninguna persona puede procrear (la función adecuada del sistema reproductivo) sin trabajar en conjunto con una persona del sexo opuesto, con un sistema reproductivo complementario.
Como tal, podemos ofrecer las siguientes definiciones de los sexos:
Mujer– una persona humana adulta cuyo cuerpo y alma están organizados para generar nueva vida humana dentro de sí misma, a través de la unión sexual con un hombre.
Hombre– una persona humana adulta cuyo cuerpo y alma están organizados para generar nueva vida humana en relación con una mujer, a través de la unión sexual con ella.
Si Daniela no creía que la primera definición fuera cierta respecto de ella, tampoco podía creer que fuera cierta respecto de su madre, sin que ello resultara en una contradicción. Si rechazara las definiciones para sus padres, rechazaría implícitamente las condiciones necesarias para su propio surgimiento como hija de ellos en primer lugar. Si no la hubieran generado personalmente a través de sus respectivas capacidades, entonces no habría ninguna Daniela para rechazar la definición en absoluto.
Podemos adaptar las definiciones para aplicarlas específicamente a sus padres:
La mamá de Daniela– la única persona humana adulta cuyo cuerpo y alma están organizados para generar Daniela dentro de sí misma, a través de la unión sexual con el papá de Daniela.
El papá de Daniela– la única persona humana adulta cuyo cuerpo y alma están organizados para generar Daniela en relación con la mamá de Daniela, a través de la unión sexual con ella.
Daniela no es sólo hija de dos cuerpos; es hija de dos personas. Si esas definiciones fueran falsas, ella no existiría. Por lo tanto, el sexo biológico es necesario para su existencia.

