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- Phrases like «the body you’re born into» assume a faulty understanding of the body and its relationship to «you».
- Bodily sex is inseparable from who we are, not external to who we are..
- We can affirm this while opposing unjust discrimination, bullying, and abuse directed at people who experience gender discordance.
¿El sentido interno de género que alguien tiene determina su existencia como hombre, mujer o algo distinto?
No, pero debemos ejercer compasión y cuidado hacia aquellos que experimentan un conflicto con su sexo corporal.
Ok, pero ¿qué significa eso realmente?
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Ser un niño varón nunca se sentía bien para Roberto. Había platicado con su amiga Clara sobre los problemas con sus padres, sobre los chicos de la clase que se burlaban de él por preocuparse más por el teatro que por los deportes, y sobre la falta de voluntad de su médico para escuchar seriamente sus problemas de salud mental. Roberto comenzaba a pensar que tal vez, en el fondo, él realmente era una mujer, incluso si le habían disuadido de admitirlo.
Las personas que apoyan la teoría de género estarían dispuestas a considerar esa posibilidad. Por un deseo genuino de asegurar el bienestar físico y mental de Roberto, creen que lo correcto es afirmar aquella identificación que parezca más probable resolver sus dificultades internas. En esta línea de pensamiento, el camino hacia la felicidad es aceptar quién eres realmente, incluso si no coincide con el cuerpo en el que naciste.


Analicemos esta noción del “cuerpo en el que naciste” y comparémosla con una frase similar, como “la ropa que no te queda”. En ambas frases hay un “tú” y algo que puede relacionarse contigo, pero que no te define. En la segunda frase, hay una clara diferencia entre la ropa y tú. La ropa se puede quitar o cambiar y seguirás siendo tú. Pero en la primera frase, ¿qué es el “tú” que nació en el cuerpo? ¿Cuál es el “tú” que quedaría si el cuerpo fuera de alguna manera removido o intercambiado? ¿No debería esta visión de lo que te hace feliz al menos poder explicar lo que significa “tú”?
Si el verdadero “tú” es material, entonces el cuerpo de Roberto estaría dividido contra sí mismo. Sin embargo, esto parece poco probable, ya que indicaría que Roberto padece una condición médica real. Además, la teoría de género clasifica al “tú” por encima del cuerpo, como si fueran diferentes en especie, por lo que un “tú” material realmente no encajaría. Si el “tú” real es inmaterial, eso parecería ser un problema aún mayor para la teoría de género, ya que las personas que la apoyan rara vez, o nunca, reconocen la existencia de un alma racional. Incluso si lo hicieran, el resultado sería un binario en el que el individuo incorpóreo ejerce un poder absoluto sobre las “cosas”.
Ya existe una versión de esta mentalidad en el mundo físico. Los seres humanos han impuesto su voluntad al medio ambiente sin tener en cuenta los resultados inevitables. El medio ambiente es más externo a “quienes somos realmente” de lo que se cree que es el cuerpo humano, pero aún así, hay señales claras de que no podemos remodelarlo según nuestra voluntad sin consecuencias negativas de largo alcance.

The acceptance of our bodies as God’s gift is vital for welcoming and accepting the entire world as a gift from the Father and our common home, whereas thinking that we enjoy absolute power over our own bodies turns, often subtly, into thinking that we enjoy absolute power over creation. Learning to accept our body, to care for it and to respect its fullest meaning, is an essential element of any genuine human ecology.
Pope Francis, Laudato si’ 155
La naturaleza tiene su propia existencia. Una ecología verdaderamente humana entiende la naturaleza sin intentar dominarla. En nuestro caso, el sexo de nuestros cuerpos no es externo a quienes somos. Por el contrario, no podríamos ser quienes somos sin nuestro sexo corporal. Roberto no existiría si no fuera por el sexo que poseen los cuerpos de su padre y su madre. Rechazar la importancia del sexo manifestado en Roberto sería rechazar también el de ellos. Sería injusto para Roberto rechazar un aspecto integral de su existencia.
Pero ¿es injusto esperar que Roberto no se identifique como mujer?
Tal vez, en lugar de dar a entender que gustarle más el teatro que los deportes hace que alguien sea una chica, sería más útil decir que no todos con esa preferencia tienen que ser chicas. Tal vez a las chicas se les permita preocuparse más por los deportes sin ser consideradas como varones. Podemos reconocer que Roberto es un hombre sin obligarlo a cumplir ciertos estereotipos.
Hay que decir que las personas con experiencias como las de Roberto sufren discriminación injusta, acoso y abuso en una tasa mucho mayor que la población general. Esto es objetivamente mal.
Sin embargo, ningún esfuerzo que intente reducir el daño puede negar el significado para la persona humana de su sexo corporal. Hacerlo sería rechazar un aspecto fundamental de la persona en aras de otro aspecto, dividiendo a la persona contra sí misma.

La reciente hipótesis de reapertura del camino para la dignidad de la persona neutralizando radicalmente la diferencia sexual y por lo tanto el acuerdo del hombre y la mujer no es justa. En vez de combatir las interpretaciones negativas de la diferencia sexual, que mortifican su valencia irreductible para la dignidad humana, se quiere cancelar, de hecho, esta diferencia, proponiendo técnicas y prácticas que hacen que sea irrelevante para el desarrollo de la persona y de las relaciones humanas. Pero la utopía de lo ‘neutro’ elimina, al mismo tiempo, tanto la dignidad humana de la constitución sexualmente diferente como la cualidad personal de la transmisión generativa de la vida
Papa Francisco, Discurso del 5 de octubre de 2017
