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- If you are in crisis, call the Upper Room Crisis Hotline at 1-888-808-8724. Don’t suffer in silence! You are loved and we want you to live!
- The evidence does not support the effectiveness of either social transition or medical pathways in reducing suicides or suicidality among people experiencing gender discordance.
- There is some evidence to suggest that increased suicidality is caused by accompanying psychiatric comorbidities and ACEs that might manifest earlier than gender discordance, as is the case with parental mental illness.
Does someone’s internal sense of their gender determine their existence as male, female, or other?
Medical objections to the previous article, part 2
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Content warning: sensitive issues, including suicide.


De una población total de 332 millones.Datos de 2021 de Datos y estadísticas de suicidio de los CDC (las cifras de las categorías de Ideación, Planificación e Intento solo cuentan las poblaciones adultas)
Si no brindamos el GAC a los adolescentes y jóvenes transgéneros y no binarios, ¿no seguirán teniendo malos resultados en cuanto a salud mental, incluyendo el suicidio, en una tasa mucho más alta que la población general?
Antes de abordar la pregunta, si usted está en crisis, llame a la línea directa de crisis de Upper Room al 1-888-808-8724. ¡No sufra en silencio! ¡Usted es amado y queremos que viva!
Algunos medios de comunicación y grupos de defensa destacados tienden a alimentar esta narrativa con informes engañosos que a menudo violan las pautas de la Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio sobre cómo informar sobre el tema de forma segura y precisa. El principal asesor del gobierno británico en materia de prevención del suicidio también instó contra el uso de estas afirmaciones alarmistas, advirtiendo que son potencialmente dañinas y no están respaldadas por evidencia confiable.
A continuación, se presenta un análisis más detallado de la cuestión, pero la Revisión de Cass llegó a una conclusión general como resultado de sus revisiones sistemáticas de la evidencia existente. La Revisión de Cass concluyó que la evidencia no respalda la efectividad de las vías de transición social o médicas para reducir los suicidios o la suicidalidad.1 Un ejemplo del tipo de estudio incluido sería un estudio de 2021 de California que examinó los principales encuentros psiquiátricos, incluidos los intentos de suicidio, antes y después de la cirugía.2 Ese estudio mostró que había un riesgo aproximadamente igual o mayor después de la cirugía que antes. Es un problema grave, pero el GAC no es la solución.
La “suicidalidad” es una categoría más amplia que la muerte por suicidio. El término incluye varias etapas: pensar seriamente en suicidarse (también conocido como “ideación”), hacer un plan, intentarlo y realmente morir por suicidio.
Lamentablemente, la suicidalidad es más común entre los jóvenes que experimentan discordancia de género que entre la población general, aunque las estadísticas exactas en los Estados Unidos son difíciles de establecer. Los conflictos familiares, la intimidación y el abuso aumentan el riesgo de la suicidalidad para estas personas ya de por sí vulnerables y no deberían tolerarse.
Este riesgo, aunque elevado, sigue siendo bajo. Un estudio de la clínica pediátrica de género más grande del mundo, ubicada en Londres, encontró que, de aproximadamente 15,000 pacientes, cuatro personas en realidad murieron por suicidio, o el 0.03%. Estos cuatro se dividieron equitativamente entre los que tenían cita en la clínica y los que estaban en la lista de espera para una cita. 3
Una narrativa común va mucho más allá. Los defensores afirman que se pueden evitar consecuencias negativas para la salud mental como estas si se pone el GAC a disposición de las personas con discordancia de género. La narrativa fue alimentada especialmente por un estudio de 2019 realizado por Richard Bränström y John Pachankis que parecía mostrar un vínculo causal entre el GAC y una menor necesidad de tratamiento de salud mental. En aquel momento, el estudio salió en las noticias, pero al año siguiente la revista que publicó el estudio emitió una retractación. Una revisión de los datos encontró problemas en el diseño del estudio, lo que significa que “la conclusión… era demasiado contundente”.4 Esta retractación no salió en las noticias de igual forma que el estudio original. El panorama es más complicado de lo que los medios populares quieren hacer creer al público.

Una parte del panorama que a menudo se pasa por alto es la presencia de factores de riesgo acompañantes. Las “comorbilidades” psiquiátricas (como la depresión clínica o la ansiedad) y las experiencias adversas en la infancia, también llamadas las “EAI” (como la pérdida de un ser querido o el abuso) están desproporcionadamente presentes en las personas que experimentan discordancia de género.5
Un estudio de 2024 realizado en Finlandia y que abarcó más de 20 años mostró que la diferencia en la tasa de suicidio casi desapareció cuando las cohortes fueron controladas por comorbilidades psiquiátricas.6 Aun así, no se pudo tener en cuenta la variable por completo, ya que aquellos que fueron aprobados para recibir el GAC “presentaron con menor frecuencia necesidades de tratamiento psiquiátrico a nivel especializado”.7 En otras palabras, las personas que recibieron el GAC ya tenían un riesgo menor de suicidio para empezar, en comparación con otras que experimentaban discordancia de género y que no fueron aprobadas debido a algún factor descalificador. En ese caso, no habría evidencia de que el GAC les ayudó a evitar el suicidio, si no estuvieran en riesgo elevado en primer lugar.
Los defensores tienden a desestimar su importancia, argumentando que estos factores de riesgo son resultado de reacciones externas a la discordancia de género de un individuo. Piensan que la cadena causal funciona así:
Primer Paso: Un individuo (Roberto) presenta signos de “ser transgénero”.
Segundo paso: Debido a esto, Roberto sufre maltrato directo por parte de familiares o acosadores y sufre marginación indirecta de la sociedad en general.
Tercer paso: Debido a estas EAI, Roberto desarrolla comorbilidades y su salud mental empeora.
Cuarto paso: Roberto desarrolla tendencias suicidas.
Esta narrativa asume que las comorbilidades y las EAI son más comunes porque ocurren después de los primeros signos de discordancia de género. La pregunta es si las comorbilidades y las EAI tienden a ocurrir como efecto de que alguien manifieste signos de discordancia de género.
¿La investigación disponible apoya esta narrativa causal?
No hay mucha investigación disponible sobre el momento y la causalidad entre la discordancia de género, las comorbilidades, las EAI y la suicidalidad. La investigación disponible sugiere una falta de conexión y que las comorbilidades y las EAI aún podrían haber ocurrido sin la presencia o indicación de discordancia de género. Esto es especialmente cierto cuando no sólo se consideran las comorbilidades de los pacientes, sino también las de sus padres.
Es mucho más probable que la enfermedad mental de los padres comience antes de que sus hijos manifiesten discordancia de género o incluso nazcan. Un estudio de 2021 realizado en Australia descubrió que más del 52% de los pacientes con discordancia de género tenían una madre con una enfermedad mental y el 40% de los pacientes tenían un padre con una enfermedad mental.8 El estudio no indicó cuántos de esos pacientes tenían ambos padres con enfermedad mental o sólo uno. Otro estudio australiano de 2021 descubrió que más del 63% de los pacientes con discordancia de género tenían al menos un padre con una enfermedad mental.9
Hay una serie de otras condiciones y factores de riesgo mencionados en el estudio, algunos de los cuales tienen más probabilidades de ocurrir antes de la discordancia de género que otros. La narrativa causal propuesta por los defensores del GAC simplemente no tiene un respaldo claro en la investigación disponible, porque el panorama es mucho más complicado.
1) Cass H., et al. (2024). Independent Review of Gender Identity Services for Children and Young People: Final Report, Archives of Disease in Childhood, 31-33. https://adc.bmj.com/pages/gender-identity-service-series
2) Dallas, K., Kuhlman, P., Eilber, K., Scott, V., Anger, J., & Reyblat, P. (2021). Rates of Psychiatric Emergencies Before and After Gender Affirming Surgery. Journal of Urology, 206 (Supplement 3), e74–e75. https://doi.org/10.1097/JU.0000000000001971.20
3) Biggs M. (2022). Suicide by Clinic-Referred Transgender Adolescents in the United Kingdom. Archives of sexual behavior, 51(2), 685–690. https://doi.org/10.1007/s10508-022-02287-7
4) Kalin, N. H. (2020). Reassessing Mental Health Treatment Utilization Reduction in Transgender Individuals After Gender-Affirming Surgeries: A Comment by the Editor on the Process. American Journal of Psychiatry, 177(8), 764–764. https://doi.org/10.1176/appi.ajp.2020.20060803
5) Kozlowska K., et al. (2021). Attachment Patterns in Children and Adolescents with Gender Dysphoria. Frontiers in Psychology, 11. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2020.582688

6) Ruuska S, Tuisku K, Holttinen T, et al. (2024). All-cause and suicide mortalities among adolescents and young adults who contacted specialised gender identity services in Finland in 1996–2019: a register study. BMJ Mental Health , 4(27), e300940. https://mentalhealth.bmj.com/content/27/1/e300940
7) Kaltiala, R., Holttinen, T., & Tuisku, K. (2023). Have the psychiatric needs of people seeking gender reassignment changed as their numbers increase? A register study in Finland. European psychiatry : the journal of the Association of European Psychiatrists, 66(1), e93. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10755572/
8) Kozlowska, et al, 9.
9) Kozlowska K., et al. (2021). Australian children and adolescents with gender dysphoria: Clinical presentations and challenges experienced by a multidisciplinary team and gender service. Human Systems, 1(1), 70-95. https://doi.org/10.1177/26344041211010777