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- There is no justification for pushing someone away because they experience a feeling.
- When talking to someone who has not been living in accord with love, the most immediate priority is to accompany the person lovingly.
- We can share the fullness of the truth with them, but only after we take their stories seriously and console them genuinely.
¿Cómo podemos responder cuando sabemos que alguien no está viviendo conforme al amor?
Podemos recibir a nuestros seres queridos con paciencia; pedirles que compartan sus historias; responder con caridad y, con el tiempo, compartir el plan de Dios para sus vidas y ayudarlos a vivirlo.
Ok, pero ¿qué significa eso realmente?
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Carmelo y Julio habían sido amigos desde preescolar, pero últimamente Julio mantenía la distancia. Nunca se sintió preparado para decirle a Carmelo que experimentaba atracción por personas del mismo sexo, y lo mantuvo en secreto cuando comenzó a pasar tiempo con un chico de la escuela que se identificaba como gay. Se sentía realmente bien ser deseado de esa manera, hasta que el chico le dijo a Julio que se alejara de él y lo hizo sentir tonto por pensar que eran “novios”.


Julio estaba devastado y lo único que quería hacer era contárselo a Carmelo. Pero Carmelo iba a Misa todos los días, era un chico santo e incluso habló de ir al seminario el año que viene. ¿Cómo podría Julio decirle lo herido y avergonzado que estaba? Seguramente Carmelo se avergonzaría de él y diría que fue todo culpa suya por haberse metido en semejante situación.
No fue fácil ocultarle cosas a Carmelo, y cuando él le preguntó qué le pasaba, Julio se soltó de repente y le contó todo, preparándose para recibir una dura respuesta. En cambio, Carmelo lo miró como siempre lo hacía y dijo: “Has de estar sufriendo mucho, hombre”. Carmelo le dio un abrazo, se sentó con él en silencio mientras lloraba por un rato y luego dijo: “hablemos de lo que pasó”.
Quizás usted esté tan sorprendido como Julio de que Carmelo respondiera de esta manera. Como hemos visto, buscar una relación sexual íntima con alguien del mismo sexo no es parte del plan de Dios para ninguno de nosotros. Entonces, probablemente parezca que Carmelo estaría aprobando las decisiones de Julio al no recordarle esta importante enseñanza. La razón por la que Julio está sufriendo es porque estaba en una relación en la que, de todos modos, no debería haber estado. ¿No está Carmelo enviando el mensaje equivocado al consolarlo?
Carmelo conocía las enseñanzas de Cristo sobre la sexualidad; es posible que Julio también estuviera familiarizado con ellas. Pero esa enseñanza implica mucho más que la simple realidad de que la intimidad sexual entre personas del mismo sexo es incorrecta. Existe una distinción importante entre elegir una acción y sentir una atracción. No hay razón ni justificación para condenar o alejar a alguien porque esté experimentando un sentimiento, deseo o tentación. Y en la persona que está frente a nosotros hay mucho más que una decisión que ha tomado.
En ese momento, Carmelo vio a Julio, no como un problema a resolver, o un pecador a quien amonestar, sino como una persona asustada y herida, y que necesitaba que su mejor amigo lo amara y lo acogiera. Tendrían tiempo para hablar más tarde sobre lo que Dios ha revelado acerca de la sexualidad humana. No es una cuestión de una de las dos opciones, sino de la prioridad. Es posible –de hecho, es necesario– ser comprensivo y veraz, hablar con claridad y con caridad. Pero en el momento en que recibimos a un ser querido, la amabilidad y la acogida vienen primero, y allanan el camino para una conversación honesta sobre el bien y el mal.
Al igual que Jesús en el camino a Emaús, nunca debemos tener miedo de encontrarnos con nuestros seres queridos donde estén e invitarlos a compartir su historia, incluso cuando esa historia sea dolorosa o confusa, o cuando no se encaminen en la dirección que deseamos para ellos. En el amor, podemos tomar en serio su historia, consolarlos en medio del desorden y luego, con paciencia, compartir el resto de la historia con ellos. La Buena Nueva que tenemos para compartir es que Dios nos busca, cumple sus promesas y siempre nos ayudará cuando lo invoquemos. No es necesario que le entreguemos inmediatamente a alguien una Biblia o un Catecismo.
Acompañamiento significa poder recibir a un ser querido y transmitirle tres cosas: “Te amo. Creo que Dios tiene un plan para tu vida. Y me gustaría escuchar tu historia”.

Hay que tener siempre en cuenta a la persona. Y aquí entramos en el misterio del ser humano. En esta vida Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia.
Papa Francisco, entrevista del 19 de agosto de 2013
